Son las 22.00h y en la pequeña plaza de la Soledad (Badajoz) ya se agolpan varios cientos de personas tras las verjas de seguridad que, hace solo unos instantes, han colocado los policías de la zona.
Todos ellos, mayores, pequeños, lugareños y turistas venidos de todos los rincones de España esperan con ilusión (y con los ojos puestos en un cielo repleto de nubes amenazantes) la salida de la Virgen de la Soledad, patrona de Badajoz, de la ermita que lleva su mismo nombre.
Aun así, saben que tienen que esperar el mensaje que, durante esta Semana Santa lluviosa, se ha convertido en habitual. «Debido al temporal, no podemos salir».
A las 22.30h, y tras una larga deliberación por parte de los encargados de la Real Hermandad y Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, se anuncia lo que todos esperaban: en media hora, la Virgen saldrá en procesión aunque, debido a la amenaza de lluvia inminente, en esta ocasión hará un recorrido más corto del previsto inicialmente.
A partir de este momento, con la alegría propia del momento, los nazarenos ultiman los preparativos mientras, fuera de la ermita de la Soledad, comienza una carrera contrarreloj para conseguir la mejor posición desde la cual ser testigo de la belleza de la Virgen «caminando» mientras, de fondo, se escucha una saeta entonada por un devoto y que emociona a todos los que allí se congregan.
A las 23.10 h (con 10 minutos de retraso con respecto a lo previsto) se produce la apertura de puertas de la ermita, seguida de un sonoro aplauso generalizado y varios gritos de «Viva la patrona».
A continuación, tras los nazarenos de blanco impoluto (algunos de ellos repartiendo caramelos a los más pequeños) y arropada por todos los fieles que la siguen portando velas, comienza el ansiado recorrido la patrona de Badajoz. Ataviada con un mantón oscuro (de luto) bordado con ricos de talles en color dorado y con un pañuelo entre las manos se detiene a pocos pasos de su salida para escuchar con atención el canto (en forma de saeta) que le dedica un pacense desde su balcón.
Después de este momento de emoción (que provoca que las lágrimas afloren en algunos de los visitantes), la patrona sigue su camino a través de las angostas calles, perdiéndose por la ciudad acompañada de todo su séquito.
Podéis ver un pequeño vídeo aquí:
El recorrido no durará mucho (pues el agua de la lluvia podría causar efectos desastrosos en la talla y vestiduras de esta imagen) pero sí lo suficiente para que los pacenses contemplen durante algunas horas a su patrona «pasear» por su ciudad un año más.
Páginas de referencia:
http://www.hoy.es/v/20110424/badajoz/lluvia-paro-para-pasar-20110424.html